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Ilha Grande: Lopes Mendes y Carretes

  • Foto del escritor: Camila Roncagliolo Belmar
    Camila Roncagliolo Belmar
  • 15 feb 2017
  • 2 Min. de lectura

He estado un poco ocupada estos dos últimos días, continuo con la historia de la noche de antes de ayer (lunes) y el martes completo.


Después del tour volví a mi hostal a ducharme y sacarme toda la sal que tenía encima, me encontré con la sorpresa que habían nuevas personas en mi hostal unos argentinos y unas francesas, todos muy buena onda y con la intención de conocer gente nueva como sho.


Un poco más tarde me junté con mis amigos para tomar unas pistolas (ellos, yo tomé aire), fuimos al muelle y era super entretenido porque habían muchos grupos de personas en círculos tomando y conversando, y habían otros guitarreando y los brasileños cantan y bailando of curse. Estuvo bueno, pintoresco... en un momento llegó un chileno (Omar) a pedirnos pistola por una sustancia ilícita, le dimos piscola por nada y quedó muy feliz que nos ofreció ir al bar donde el trabajaba para regalarnos caipirinhas, aún no vamos a saldar la deuda.


El martes fuimos a la famosa playa Lopes Mendes, esto lo puedes hacer caminando (treking) o en un bote (30 reales cada uno, 6 lukas aprox), nosotros lo hicimos en el bote porque el argentino que nos vendió el tour anterior nos hizo descuento para este trayecto (grande Alejo), Lopes Mendes es una playa muy linda, el agua es mucho más fría que las demás (se agradeció por el calor que hacia) y habían olor por lo que había gente haciendo surf, estuvimos ahí todo el día y yo dormí 3 horas de siesta bajo la sombra de las palmeras.


A la vuelta nos vimos a las 7pm (había horario a las 3pm, 5pm y 7pm) lo que fue un graso error, porque ya hacia frío (esa playa es fría) y la vuelta fue todo un rally porque habían muchas olas, todos rezábamos para que nos perdonaran nuestros pecados porque la vimos fea, por suerte no pasó nada y llegamos a nuestras hostales sanos y a salvo.


En la noche fuimos a comer a un restaurant con música en vivo (la cantante era chilena) que estuvo muy rico y bueno (los platos eran gigantes)... luego de eso nos fuimos al muelle de nuevo a tomar algo y se nos sumó Rodri que es garzón del restaurant y que nos dio hielo para nuestras piscolas (gracias Rodri), la idea era ir a Acuario (una disco que abre de domingo a jueves) pero se nos pasó la hora tomando porque se nos sumaron más chilenos y en la conversación se nos fue el tiempo. Hoy día iremos a ver que tal y después de la disco todos van a una fogata que queda en la playa y dicen que se pasa muy bien.


Con esto cubro hasta el martes entero y como ya he escrito dejo varias anécdotas, historias y situaciones para nosotros para salvaguardar nuestra privacidad y de la gente que hemos ido conociendo.








 
 
 

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